Tuesday, June 02, 2015

Como agua bendita entre las manos...

Cada día cuando te dejo en la guardería y veo tu carita en el comedor haciendo tu vida y platicando con otros niños se me apachurra un poco el corazón. Quisiera congelar ese momento y detener el tiempo porque sé que pronto tu infancia habrá pasado,  como una suave brisa que rozó mi piel en un cálido verano. Que ya no podré ver tu hermosa carita de inocencia tan llena de Dios. Después de un momento me recuerdo que es el curso de la vida, que tiene que pasar, que se me hace tarde para ir a trabajar y que hay mil cosas más. Entónces busco resignación y me doy vuelta dejando atrás esa carita, mi pedacito de cielo. Lloro.

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